Centro de Interpretación Forte de San Damián

La Guerra de ka
Independencia (s XIX)

El Fuerte en el siglo XIX

Llegado el século XIX el Fuerte de San Damián no va a sufrir grandes modificaciones.

Ribadeo a comienzos del nuevo siglo continúa siendo un puerto comercial importante en el ámbito cantábrico. Pascual Madoz en su “Diccionario geográfico – estadístico – histórico de España y sus posesiones de ultramar” referiéndose al porto ribadense dice: “es el más conocido y frecuentado desde Ferrol hasta Santander”.

En la segunda mitad del XVIII la masiva importación del lino y cáñamo de los puertos del norte de Europa destinado a la fabricación de lienzos en los telares de gallegos hace del puerto de Ribadeo el principal receptor de toda Galicia de estas fibras vegetales. Este intenso tráfico comercial se acrecentaría aún más hacia finales de século cuando se habilita el puerto local para el comercio con América.

Todo esto va a provocar que Ribadeo viva una época de esplendor y desarrollo económico y social que llegará hasta finales del primer cuarto del siglo XIX.

El Fuerte de San Damián continúa, por tanto, a desempeñar un papel importante y estratégico para la defensa y vigilancia de la costa para la corona.

En la Relación topográfica de las plazas y puestos fortificados del Reino de Galicia realizada en el año 1800 por el entonces director de ingenierons de Galicia, Miguel Hermosilla y Carvajal, con la finalidad de analizar el estado de las mismas y proponer de ser el caso las obras necesarias en cada una de ellas para ponerlas en estado de defensa, se hace constar expresamente las excelentes condiciones del puerto local para el comercio y la existencia en la villa de Ribadeo de “administraciones de todas las rentas que producen mucho al Rei”.

Analizada la situación que presenta la fortificación, Hermosilla, pone de manifiesto la existencia de una falla en su diseño que es necesario corregir.

El hondeadero natural donde amarran los buques se sitúa justo enfrente de la situación del fuerte. Pero de las catorce troneras con las que cuenta, once apuntan a la entrada de la ría, estando muy mal orientadas hacia el hondeadero, y tres al interior del puerto, por lo que no defienden el hondeadero, que se encuentra al frente del ángulo más agudo de la batería. De ahí, que non fuese capaz de impedir que en el verano de 1798 fuesen “insultados” por el enemigo varios barcos que se encontraban ancorados en él.

Para poner solución a este problema, diseña una solución que redondea la referida porción aguda y modifica la distribución de las troneras para adaptarlas a la dotación de artillería con la que cuenta el fuerte, 10 cañones (de los que uno se apunta que está inservible). Las obras calcula que se hagan en 2 – 3 meses con un coste de 38.354 reais. Con todo esta reforma nunca llegará a realizarse.

A comienzos de siglo sabemos sin embargo que el fuerte se encuentra en una situación de semiabandono. El destacamiento de tropas compuesto por más de 40 hombres que desde finales del siglo pasado tenía su base de forma regular en San Damián, se reduce en 1805 simplemente a dos soldados y un cabo del regimiento de León, y a ocho paisanos de la vila. Esto provocará la queja del Concello, que en el contexto de la guerra anglo-española, solicita, sin éxito, al Capitán General el envío de tropas para el correcto resguardo del puerto y el castillo.

Desmantelamiento y abandono del Fuerte

La Guerra de la Independencia y la ocupación francesa va a suponer un punto de inflexión decisivo en la historia y evolución del fuerte.

Tras tomar Mondoñedo sin oposición ninguna el comportamiento de los franceses en Ribadeo va a provocar reacciones en los vecinos que se irán estendiendo por toda la Mariña Lucense.

El 25 de enero de 1809 parte de Mondoñedo el general francés François Fournier hacia Ribadeo al mando de 150 hombres. Antes de su llegada soldados y paisanos asaltan el castillo de San Damián, prenden fuego a la polvorera y tiran los cañones al mar

A su llegada a la vila, Fournier establece un cuartel en el convento de Santa Clara. Proclama rei de España a José Napoleón y exige a todas las aldeas de alrededor pan, carne, vino, huevos, paja, cebada y leña.

Cansados ante los excesos cometidos por los franceses los vecinos de las parroquias de Ribadeo se reúnen y organizan un levantamiento contra las tropas galas. La resistencia que ofreció el llamado “cordón de Ribadeo” provoca que Fournier pierda en el período de una semana en diferentes acciones 60 soldados y 25 caballos.

A finales de este mismo mes de enero, el general José Worster llega con sus tropas a orillas del Eo. El primeiro de febrero monta una batería en San Román de Figueras disparando contra Ribadeo y alcanzando algunos edificios de la villa, repitiendo el ataque al día siguiente y desembarcando en Ribadeo.

Una vez en la villa, las tropas auxiliares de Worster cometen todo tipo de excesos, intentando matar a los componentes de la Junta de Defensa, a los que consideraban afrancesados, pero solo lo conseguirán con don Antonio Raimundo Ibáñez.

Obligado a pedir refuerzos a Lugo y Ferrol, Fournier recibe el apoio de 2000 hombres de infantería. Con estas tropas elimina la resistencia local y el 5 de febrero entra en Ribadeo. Abandonando la villa a principios de marzo.

Tras ser empleado durante un breve período de tiempo como hospital militar para atender a los heridos procedentes del hospital levantado en Oviedo con la chegada de los franceses, el Fuerte de San Damián será definitivamente abandonado en julio de 1810. Quedando abierto y a merced del saqueo de las vecinas y vecinos hasta que su entrada sea tapiada en 1813.